"Esa calle"



Una calle donde vivo, me tiene guardada en todas las etapas de mi vida.


Ayer pasé por allí y de repente dejé de ser una mujer para volver a ser una niña.

Iba cogida de la mano de mi madre e íbamos a la tienda de comestibles de sus padres.

No sé si lo habrás sentido alguna vez, pero me pareció verme en aquella panadería de la calle, esperando a que mi mamá me comprara un Donut de chocolate para merendar.

Me sentí niña. Me sentí segura y tranquila. Por fin era viernes y podría disfrutar de estar en casa. 


Y sin darme cuenta, ya era adolescente y cruzaba esa calle para ir al instituto. 

Mis botines me encantaban, pero como más de una adolescente, no me gustaba mi cuerpo. Os puedo asegurar que estaba estupenda, pero mi yo de entonces se creía poca cosa...

Caminaba deprisa para no llegar tarde. Y todo me daba miedo.


Un poco más adelante la calle me absorbió en un recuerdo que se hizo eterno.

Estaba con mi padre... A menudo entrábamos en esa librería para comprar libros rebajados. Fue estupendo volver a caminar a su lado y escuchar sus historias. Deseé que esa vivencia durara un poco más, pero mis pies seguían andando y la calle me tenía guardada en un lugar más cercano en el tiempo.


Iba con mi madre y mi bebé recién nacido a una de sus revisiones. Era invierno y yo aún estaba dolorida. La calle me hizo sentir el frío de esa época, a pesar del sol majestuoso que inundaba la ciudad aquel día.

Y los miles de sentimientos encontrados por ser mamá por primera vez. Todo me volvía a dar miedo, como cuando unos pasos atrás, fui adolescente de nuevo.


La calle me tenía guardada en sus recuerdos. En sus esquinas. En sus bocacalles. 


Y no me di cuenta.

Y la calle me avanzó en el tiempo y me costaba andar.

Era una anciana de pelo cano.

Con la energía mental de mil jóvenes, pero con un cuerpo pequeño y sin prisa.


Y me paré en la panadería y me compré un Donut.

Y asomé la cabeza por la calle de mi instituto.

Y me compré un libro en la librería.

Y terminé mi recorrido en el centro de salud.

Esta vez iba para mis revisiones, cogida del brazo de mi "pequeño" hijo.


La calle me tenía guardada en sus esquinas.

Esa calle...


(Carolina Sánchez Molero).

(Foto. Google Maps).


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